Un sargento en la UD de Valerón. Voz y mando para un mimbre eterno. El marcador central David Rodríguez Deivid, que ha disputado todos los minutos de Liga (990) en las once primeras jornadas -privilegio que comparte con el meta Barbosa-, destila serenidad, en un inicio de curso pletórico. Pieza clave en la zaga, es intocable para Lobera, desplazando al banquillo a Aythami Artiles, y a la grada a Galán. Dos fichajes que no han dado con la fórmula para poner fin a la dictadura del grancanario, que llegó a la UD, en el verano de 2012, del Sevilla CF de Míchel [que le hizo debutar en Primera División].
En su segunda campaña con el equipo profesional, Deivid se ha ganado la condición de jerarca. Grita en cada entrenamiento, como lo hacía en su estreno en la Segunda B, con sólo 19 años (2008), en el Universidad CF -a la sombra de veteranos como Ojeda, Molina, Moisés o Ángel Sánchez-. Lleva en los genes un bastón de mando. Y un discurso de acero. Con contrato hasta junio de 2014, elude pronunciarse ahora sobre su futuro. "Ya lo he repetido en varios medios de comunicación, ahora, con la Liga en marcha, no es momento idóneo para hablar sobre mi renovación. Toca ganar partidos para meternos en la liguilla de ascenso (...) Y al final, no creo que existan problemas para entendernos. Disfruto en mi casa, y entre todos alcanzaremos un punto en común".
Rey de reyes. En el latifundio de Apoño, otro futbolista de jerarquía, la firma de Deivid vale su peso en oro. "Ahora me siento importante. Me lo transmiten en el vestuario; desde mis compañeros al técnico. En el césped siempre he mandado y en la UD me siento querido", detalla el líder invisible del equipo.
Con la vista puesta en el Alcorcón, el marcador central, formado en el Unión Viera, y que en su etapa juvenil disputó tres ediciones de la Copa del Atlántico con Canarias -conquistando el título (2006)-, abraza la exigencia de vestir de amarillo. Un vértigo hermoso. "La presión existe cada enfrentamiento con esta camiseta. Una vez que la vistes, tienes que ganar hasta los duelos amistosos", asegura.
Confía en mantener la estela hacia el cielo de Primera, y enfatiza en el poder aniquilador de los francotiradores. "Hay atacantes suficientes para ganar partidos. Macky ya estaba aquí, nosotros nunca hemos dudado de él. Pero ahora no es el mejor del mundo, es uno más", finaliza el comandante. El mimbre eterno aplaza su renovación. Y mientras, su cotización se dispara.
Fuente:P.C. La Provincia.es Foto:Q.Curbelo
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