martes, 8 de octubre de 2013

Expedición Ralons Gran Canaria.Namche Bazar, una puerta al Everest.Miguel Ángel Ramírez Alonso

De un golpe los montañeros isleños ascendieron más de mil metros para alcanzar Namche Bazar. El sendero se radicaliza nada más dejar Pahakding (2.657 metros), donde el grupo guiado por Calima Trek hizo escala la jornada anterior tras el viaje en avioneta desde Katmandú a Luckla.
Aún la vegetación es abundante, aunque perderá frondosidad a medida que la cota de altura se acerque a los 5.000 metros de altitud. Tras días de lluvia constante, que obligó incluso a aplazar por seguridad varias expediciones extranjeras, el tiempo da una tregua y el termómetro aún no se acerca a los cero grados.
Se sigue por un sinuoso camino plagado de generosas cascadas, caudalosos ríos, altos puentes y verticales saltos de agua  que provienen de la cumbre. A los lejos ya se empieza a atisbar la nieve.
El Thamserku, un pico de 6.500 metros, es la primera cima que amenaza en la letanía. Se recuerda por todo el valle de Khumbu con solemnidad que en su techo, ya de regreso, falleció la primera mujer, una sherpa, que logró subir al Everest.


El grupo, antes de entrar oficialmente en el Parque Nacional del Himalaya, hace una escala en Monjo para reponer fuerzas en el lodge (hostal y lugar de avituallamiento para las expediciones) que regenta Ngwang, el jefe de los sherpas que guiarán a los grancanarios por todo el Himalaya hasta el campo base ubicado en el Everest y el seismil Island Peak.
La hospitalidad de los nepalíes, entregados a los foráneos, hacen más fácil la ascensión. Aún faltan al menos ocho días más de camino para el primer objetivo. Tras una breve parada se reanuda el viaje por un sendero cada vez más vertical rumbo a Namche Bazar, donde pasarán dos noches como parte de la aclimatación a la altura, cerca de 4.000 metros ya.
El hombre del palo. Aún las fuerzas parecen intactas y el cansancio de largas jornadas de trekking se compensa con el descanso en los lodge a primera hora de la noche. Sin embargo, y a pesar de no lamentar percances mayores a algún resbalón sin consecuencias, la altitud ya empieza a ser un condicionante a tener en cuenta. La temperatura cada vez es menor y la cantidad de oxígeno comienza a descrecer afectando a la capacidad de recuperación.
Por eso se recomienda la hidratación constante y un paso pausado para prevenir el mal de altura o el hombre del palo, como gráficamente se le llama ante la posibilidad de que el cuerpo reaccione de forma inesperada durante el trayecto o, incluso, posteriormente durante el descanso. Mareos, desequilibrio, Hasta el momento todos, los 12 expedicionarios están fuertes tras meses de preparación para el Himalaya. Pero aún quedan largas y exigentes jornadas de travesía.

Fuente y foto:(Alberto Artíles,Canarias7)

No hay comentarios:

Publicar un comentario