En el plan de entrenamientos para preparar el viaje a la cordillera más alta del mundo no podían faltar las rutas por la cumbre de Gran Canaria. Con el Nublo y el Teide de fondo como testigos, los miembros de la expedición Ralons Gran Canaria han recorrido la tempestad petrificada que impactó a Miguel de Unamuno.
La degollada de Becerra es el punto de partida. En el rutómetro está marcado un itinerario de unos 20 kilómetros con más de 3.000 metros de desnivel acumulado. Un camino irregular, con pronunciadas subidas y bajadas, para tratar de endurecer la musculatura y adaptar, en la medida en la que se pueda gracias a la accidentada orografía canaria, el cuerpo a los contrastes que los expedicionarios sufrirán de camino al campamento base del Everest primero y al Island Peak (6.184 metros) como reto final de la travesía por el Himalaya.
El próximo jueves la expedición Ralons Gran Canaria pondrá rumbo a Nepal para recorrer durante casi tres semanas el punto más emblemático del alpinismo mundial recorriendo lugares inhóspitos en duras condiciones meteorológicas. Por este motivo, y entendiendo que el escenario será muy diferente, el grupo de 12 canarios ha recorrido la cumbre de Gran Canaria en los últimos meses como preparación.
Acompañados también por el tinerfeño Jesús El Guanche, el grupo liderado por Javier Cruz en esta ruta que partió desde la degollada de Becerra bajó a La Culata, de ahí hasta Las Mesas, atravesando la zona militar de la Cumbre, se subió hasta el Pico de Las Nieves para regresar de nuevo a Las Mesas. De ahí hasta El Campanario, pasando por La Goleta, bajando de nuevo a La Culata hasta el punto inicial en un recorrido de más de seis horas.
Fuente: (Alberto Artíles-Canarias7.es)
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